Comillas es un municipio y localidad de la comunidad autónoma de
Cantabria (España),está situado en la Comarca de la Costa Occidental de
dicha región,limita al norte con el mar Cantábrico, al sur con Udías, al
este con Ruiloba y Alfoz de Lloredo y al oeste con Valdáliga.
La Playa de Comillas se extiende desde el Paseo Marítimo próximo al Puerto Pesquero hasta cerca de la desembocadura del Arroyo Gandarias, que hace de límite con el municipio de Ruiloba,un paisaje costero formado por playas, acantilados como este y la Ría de la Rabia.
La Playa de Comillas se extiende desde el Paseo Marítimo próximo al Puerto Pesquero hasta cerca de la desembocadura del Arroyo Gandarias, que hace de límite con el municipio de Ruiloba,un paisaje costero formado por playas, acantilados como este y la Ría de la Rabia.
Su playa,de arena dorada y muy fina que está recorrida por un
agradable paseo marítimo de unos 800 metros de longitud, enmarcado entre
el espigón del puerto.
Las obras de construcción del puerto terminaron a principios del siglo XVIII, adquirendo una notable importancia en la actividad pesquera en la región,antes de construirse las barcas de pesca se dejaban varadas en la playa.
En los últimos años se han realizado importantes obras de reforma en los accesos, instalaciones, edificios auxiliares, espigón, muros, dragado acceso por mar y dársena, y acondicionamiento general para la actividad pesquera y para que los visitantes se encuentren mas comodos por su paseo marítimo.
Las obras de construcción del puerto terminaron a principios del siglo XVIII, adquirendo una notable importancia en la actividad pesquera en la región,antes de construirse las barcas de pesca se dejaban varadas en la playa.
En los últimos años se han realizado importantes obras de reforma en los accesos, instalaciones, edificios auxiliares, espigón, muros, dragado acceso por mar y dársena, y acondicionamiento general para la actividad pesquera y para que los visitantes se encuentren mas comodos por su paseo marítimo.
Los muros de la dársena tiene escaleras al nivel superior, donde hay
unas buenas vistas del mar y esta parte de la villa de Comillas y donde
se encuentra la lonja y un bar.
Tambien podemos ver la antigua Batería del Puerto donde se conservan dos cañones antiguos estos que puedes ver.
Tambien podemos ver la antigua Batería del Puerto donde se conservan dos cañones antiguos estos que puedes ver.
La dársena del puerto se ha acondicionado como un paseo marítimo, de
ahí los bancos que vemos cerca de los muros de protección,la boca de la
dársena está cerrada en los días de tormenta y mar de fondo.
Antiguamente una de las actividades de mayor importancia de la villa de Comillas era la pesca,el Puerto de Comillas fue el último puerto ballenero de Cantabria en su época,actualmente la actividad pesquera en este puerto es bastante reducida comparada con tiempos anteriores.
INDUSTRIA BALLENERA
Una de las principales actividades de Comillas fue la captura de las ballenas, la ballena franca del Cantábrico, la más lenta de todas las especies y que además tenía la particularidad de que al ser arponeadas al morir no se hundían al fondo sino que permanecían a flote, lo que facilitaba las capturas.
Estaban presentes en las costas cantábricas de noviembre a marzo,eran oteadas desde las atalayas (situadas en Portillo, Santa Lucía, Trasvía y Oyambre) y desde ellas el atalayero daba el aviso al resto de sus compañeros, con señales de humo, cuernos o banderas.
Las pinazas se lanzaban al mar, con el arponero en la proa,lanzado el primer arpón, el cetáceo quedaba herido y unido a la barcaza por la cuerda, lo que facilitaba que el resto de embarcaciones desangrasen al animal hasta que, debilitado, podía ser conducido a tierra.
Antiguamente una de las actividades de mayor importancia de la villa de Comillas era la pesca,el Puerto de Comillas fue el último puerto ballenero de Cantabria en su época,actualmente la actividad pesquera en este puerto es bastante reducida comparada con tiempos anteriores.
INDUSTRIA BALLENERA
Una de las principales actividades de Comillas fue la captura de las ballenas, la ballena franca del Cantábrico, la más lenta de todas las especies y que además tenía la particularidad de que al ser arponeadas al morir no se hundían al fondo sino que permanecían a flote, lo que facilitaba las capturas.
Estaban presentes en las costas cantábricas de noviembre a marzo,eran oteadas desde las atalayas (situadas en Portillo, Santa Lucía, Trasvía y Oyambre) y desde ellas el atalayero daba el aviso al resto de sus compañeros, con señales de humo, cuernos o banderas.
Las pinazas se lanzaban al mar, con el arponero en la proa,lanzado el primer arpón, el cetáceo quedaba herido y unido a la barcaza por la cuerda, lo que facilitaba que el resto de embarcaciones desangrasen al animal hasta que, debilitado, podía ser conducido a tierra.
Ya en la playa, en la conocida como “Piedra de la Ballena” era
despiezada,parece ser que según las costumbres de la época, el primer
trozo era para el atalayero, una parte para la Iglesia y otra para el
Consistorio.
Luego, era transportada a la Casa Consistorial Ballenera (hoy cuartel de la guardia civil) y a las cabañas, donde se procedía a su transformación en aceite o saín,además de los marineros comillanos, para estas costeras se censaban en la temporada de invierno los marineros vascos, con el fin de poder participar en las capturas y comerciar con sus productos.
En 1720 concluyó la actividad ballenera en Comillas, pero fue tal la fama de los arponeros comillanos que 60 años después, aún eran reclamados en Canarias,aún hoy se sigue recordando a Ignacio Fernández de Castro como el más importante ballenero comillano.
Comillas fue considerada la capital de las villas marineras en la pesca de la ballena desde el siglo XVI al siglo XVIII, siendo el último puerto ballenero del Cantabrico,cuando desaparecieron los cetáceos (siglo XIX), la reducida flota se recalificó en la captura de la sardina.
Luego, era transportada a la Casa Consistorial Ballenera (hoy cuartel de la guardia civil) y a las cabañas, donde se procedía a su transformación en aceite o saín,además de los marineros comillanos, para estas costeras se censaban en la temporada de invierno los marineros vascos, con el fin de poder participar en las capturas y comerciar con sus productos.
En 1720 concluyó la actividad ballenera en Comillas, pero fue tal la fama de los arponeros comillanos que 60 años después, aún eran reclamados en Canarias,aún hoy se sigue recordando a Ignacio Fernández de Castro como el más importante ballenero comillano.
Comillas fue considerada la capital de las villas marineras en la pesca de la ballena desde el siglo XVI al siglo XVIII, siendo el último puerto ballenero del Cantabrico,cuando desaparecieron los cetáceos (siglo XIX), la reducida flota se recalificó en la captura de la sardina.
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