En Guadalajara entre sus diferentes zonas verdes se encuentra el
Parque de la Fuente de la Niña,una bonita fuente para aquellos a los que
les llame la atencion las fuentes no hay mucho que destacar pero las
caras que adornan sus cuatro lados no pasan desapercibidas como puedes ver en la fotografia,al igual que la leyenda que la acompaña.
Este parque es un espacio donde todavía hoy muchos niños y niñas
descubren el campo, la naturaleza y el sonido del agua cerca de sus
casas,bien cuidado, abierto y limpio fue reabilitado en 1985 como se
puede ver en esta piedra que alli se dejo en memoria de la restauracion.
Es un lugar donde merece la pena acercarse a dar un paseo en esas
luminosas tardes de primavera y noches de verano donde da gusto estar
gracias a la increible vegetacion del lugar,ahí es donde la tradición
sitúa una terrible historia, que Felipe María Olivier describe con todo
detalle en su libro este que puedes ver a continuacion en la siguiente
imagen.
Se dice que tomó aquel sitio y fuente el nombre “de la Niña” en
recuerdo de haberse ahogado en su pilón una criatura,era el 16 de agosto
de un año lejano, cuando aún se celebraban en la cercana ermita de San
Roque la cual puedes ver en la siguiente imagen romerías, procesiones y
subastas.
Al final dichos eventos terminaba todo el mundo que acudía merendando
por los alrededores,es dificil imaginar como estaria el parque en el
pasado pero con estas fotografias una idea nos podemos hacer.
Varias familias residentes en el arrabal del agua subieron allí, y
tras las ceremonias religiosas se extendieron a tomarse sus tortillas y a
beber el vino de bota, entre la ermita y la arboleda del Puente
Verde,se pusieron luego a jugar a la gallina ciega, y dejaron a los
críos que pulularan entre los jardines y bosques del entorno,la fuente,
que llevaba poco tiempo hecha, y era hermosa y singular, atraía con su
sonido y brillos a los pequeños,se hizo de noche, y apareció la luna.
Era agosto, hacía buena noche y la reunión se alargo una niña, en un
momento, se acercó al estanque, y miró cómo en sus aguas se reflejaba el
satélite pálido, pero brillante,pensó que esa bella luna era un globo, o
una pelota de material viscoso y suculento.
Quiso cogerla, y cayó al agua,se ahogó,y la familia sólo se enteró
cuando fue a recogerse,la búsqueda ansiosa de todos por encontrar a la
niña perdida, terminó con el sobresalto de verla flotando, con los
brazos extendidos, boca abajo, en el agua del estanquillo,una tragica
historia.
El dolor de su madre, de su padre, de sus hermanos, de sus vecinos, fue inenarrable,duró tanto, que aún quien se acerca a la fuente se acuerda de ello,la madre, dice la leyenda que cuenta Olivier, subía hasta el parque las noches de luna llena, por ver si en el agua seguía su hija y el milagro de la noche mágica se producía, devolviéndosela,con muchos otros elementos adorna el escritor alcarreño esta hermosa y triste a la vez, leyenda ciudadana.
El dolor de su madre, de su padre, de sus hermanos, de sus vecinos, fue inenarrable,duró tanto, que aún quien se acerca a la fuente se acuerda de ello,la madre, dice la leyenda que cuenta Olivier, subía hasta el parque las noches de luna llena, por ver si en el agua seguía su hija y el milagro de la noche mágica se producía, devolviéndosela,con muchos otros elementos adorna el escritor alcarreño esta hermosa y triste a la vez, leyenda ciudadana.
Pero es un ejemplo de cómo en esquinas, en fachadas y arboledas de
Guadalajara existen todavía prendidos cuentos y leyendas que sólo se
saben los ancianos del lugar y que quedan en muy pocos escritos,si no
conoces esta zona de Guadalajara merece la pena conocerla y pasear
cruzando diferentes parques que se van encontrando de los que hablare en
otras publicaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario